martes, 30 de septiembre de 2014

CAPITULO 7

Capítulo 7

Esteban relata la historia de Israel y menciona a Moisés como prototipo de Cristo — Testifica de la apostasía de Israel — Ve a Jesús a la diestra de Dios — Rechazan el testimonio de Esteban y le apedrean hasta matarlo.
   El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así?
 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,
 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.
 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trajo a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora.
 Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie, pero leprometió que se la daría en posesión a él y a su descendencia después de él, aunque no tenía hijo todavía.
 Y le habló Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían durante cuatrocientos años.
 Pero yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.
 Y le dio el convenio de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac y lo circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a losdoce patriarcas.
 Y los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,
 10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, que le puso como gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
 11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y gran tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.
 12 Y cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.
 13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José.
 14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.
 15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murieron él y nuestros padres,
 16 quienes fueron trasladados a Siquem y puestos en el sepulcro que Abraham había comprado a precio de dinero a los hijos de Hamor en Siquem.
 17 Pero como se acercaba el tiempo de la promesa, la cual Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,
 18 hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José.
 19 Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a peligro de muerte a sus niños para que no viviesen.
 20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.
 21 Y habiendo sido abandonado, la hija de Faraón lo recogió y lo crió como a hijo suyo.
 22 Y fue instruido Moisés en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en sus palabras y hechos.
 23 Y cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
 24 Y cuando vio a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendoal egipcio, vengó al injuriado.
 25 Él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar libertad por su mano, pero ellos no lo habían entendido así.
 26 Y al día siguiente, riñendo unos de ellos, se les presentó e intentó ponerlos en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro?
 27 Entonces el que maltrataba a su prójimo le empujó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros?
 28 ¿Quieres tú matarme como mataste ayer al egipcio?
 29 Al oír estas palabras, Moisés huyó y vivió como extranjero en la tierra de Madián, donde engendró dos hijos.
 30 Y pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza que ardía.
 31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y al acercarse para mirar, vino a él la voz del Señor:
 32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Mas Moisés, temblando, no osaba mirar.
 33 Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
 34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el gemido de ellos y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.
 35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.
 36 Éste los sacó, habiendo hecho prodigios y milagros en la tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto durante cuarenta años.
 37 Éste es el Moisés que dijo a los hijos de Israel: Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos; a él oiréis.
 38 Éste es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida para darnos;
 39 a quien nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon y volvieron su corazón a Egipto,
 40 diciendo a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a este Moisés que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le habrá acontecido.
 41 Y entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo y se regocijaron en las obras de sus manos.
 42 Y Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirviesen al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas:¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificiosen el desierto durante cuarenta años, oh casa de Israel?
  43 Antes bien, llevasteis el tabernáculo de Molocy la estrella de vuestro dios Renfán,figuras que os hicisteis para adorarlas.Os haré llevar, pues, más allá de Babilonia.
 44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese según el modelo que había visto.
 45 El cual, habiéndolo recibido, introdujeron también nuestros padres con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a quienes Dios expulsó de la presencia de nuestros padres hasta los días de David,
 46 quien halló gracia delante de Dios y pidió hallar tabernáculo para el Dios de Jacob.
 47 Pero Salomón le edificó casa.
 48 Si bien el Altísimo no habita en templos hechos por mano, como dice el profeta:
  49 El cielo es mi trono,y la tierra es el estrado de mis pies.¿Qué casa me edificaréis?, dice el Señor;¿o cuál es el lugar de mi reposo?
  50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?
 51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien ahora vosotros habéis sido entregadores y asesinos;
 53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y nola guardasteis.
 54 Y oyendo estas cosas, se enfurecían sus corazones y crujían los dientes contra él.
 55 Pero Esteban, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a ladiestra de Dios,
 56 y dijo: ¡He aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios!
 57 Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él;
 58 y echándolo fuera de la ciudad, le apedrearon. Y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
 59 Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Capitulo 6

Capítulo 6

Elección de siete diáconos
6:1 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 
6:2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 
6:3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 
6:4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 
6:5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 
6:6 a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. 
6:7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. 
Arresto de Esteban 
6:8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
6:9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
6:10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
6:11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.
6:12 Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.
6:13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley;
6:14 pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés.
6:15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel. 

viernes, 26 de septiembre de 2014

Capítulo 5

Ananías y Safira
5:1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 
5:2 y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 
5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 
5:4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 
5:5 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 
5:6 Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. 
5:7 Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. 
5:8 Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. 
5:9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. 
5:10 Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido. 
5:11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. 
Muchas señales y maravillas 
5:12 Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
5:13 De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.
5:14 Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;
5:15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.
5:16 Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados. 
Pedro y Juan son perseguidos 
5:17 Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos;
5:18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública.
5:19 Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo:
5:20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.
5:21 Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos.
5:22 Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso,
5:23 diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.
5:24 Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello.
5:25 Pero viniendo uno, les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusisteis en la cárcel están en el templo, y enseñan al pueblo.
5:26 Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.
5:27 Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó,
5:28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.Mateo 27. 25
5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
5:30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero.
5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.
5:32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.
5:33 Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos.
5:34 Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles,
5:35 y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres.
5:36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada.
5:37 Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados.
5:38 Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá;
5:39 mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.
5:40 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.
5:41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
5:42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. 


jueves, 25 de septiembre de 2014

Capítulo 4

Capítulo 4 

Pedro y Juan ante el concilio 
4:1 Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, 
4:2 resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. 
4:3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde. 
4:4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil. 
4:5 Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, 
4:6 y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; 
4:7 y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? 
4:8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: 
4:9 Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, 
4:10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 
4:11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.Salmos 118. 22
4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 
4:13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. 
4:14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. 
4:15 Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, 
4:16 diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. 
4:17 Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. 
4:18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. 
4:19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; 
4:20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. 
4:21 Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, 
4:22 ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años. 
Los creyentes piden confianza y valor 
4:23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
4:24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;Exodo 20. 11Salmos 146. 6
4:25 que por boca de David tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las gentes, 
Y los pueblos piensan cosas vanas? 
4:26   Se reunieron los reyes de la tierra, 
Y los príncipes se juntaron en uno 
Contra el Señor, y contra su Cristo.Salmos 2. 1-2
4:27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, HerodesLucas 23. 7-11 y Poncio Pilato,Mateo 27. 1-2Marcos 15. 1Lucas 23. 1Juan 18. 28-29 con los gentiles y el pueblo de Israel,
4:28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
4:29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
4:30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
4:31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. 
Todas las cosas en común 
4:32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.Hechos 2. 44-45
4:33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.
4:34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
4:35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.Mateo 19. 21Marcos 10. 21Lucas 12. 33Lucas 18. 22
4:36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,
4:37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles. 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

CAPITULO 3

Reina Valera (1909)
1PEDRO y Juan subían juntos al templo á la hora de oración, la de nona. 2Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día á la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3Este, como vió á Pedro y á Juan que iban á entrar en el templo, rogaba que le diesen limosna. 4Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Mira á nosotros. 5Entonces él estuvo atento á ellos, esperando recibir de ellos algo. 6Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7Y tomándole por la mano derecha le levantó: y luego fueron afirmados sus pies y tobillos; 8Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando á Dios. 9Y todo el pueblo le vió andar y alabar á Dios. 10Y conocían que él era el que se sentaba á la limosna á la puerta del templo, la Hermosa: y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido.
11Y teniendo á Pedro y á Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo concurrió á ellos al pórtico que se llama de Salomón, atónitos. 12Y viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones Israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ó ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud ó piedad hubiésemos hecho andar á éste?13El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado á su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto. 14Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que se os diese un homicida; 15Y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos. 16Y en la fe de su nombre, á éste que vosotros veis y conocéis, ha confirmado su nombre: y la fe que por él es, ha dado á este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.
17Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros príncipes. 18Empero, Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. 19Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, 20Y enviará á Jesucristo, que os fué antes anunciado: 21Al cual de cierto es menester que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo. 22Porque Moisés dijo á los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de vuestros hermanos, como yo; á él oiréis en todas las cosas que os hablare. 23Y será, que cualquiera alma que no oyere á aquel profeta, será desarraigada del pueblo. 24Y todos los profetas desde Samuel y en adelante, todos los que han hablado, han anunciado estos días. 25Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios concertó con nuestros padres, diciendo á Abraham: Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. 26A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado á su Hijo, le envió para que os bendijese, á fin de que cada uno se convierta de su maldad.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Copyright © 1960 by American Bible Society

martes, 23 de septiembre de 2014

Capitulo 2


Hechos 2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Capítulo 2

La venida del Espíritu Santo 
2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés,Levitico 23. 15-21Deuteronomio 16. 9-11 estaban todos unánimes juntos. 
2:2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 
2:3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 
2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. 
2:5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 
2:6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 
2:7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? 
2:8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 
2:9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 
2:10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 
2:11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. 
2:12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 
2:13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto. 
Primer discurso de Pedro 
2:14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
2:15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
2:16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
2:17  Y en los postreros días, dice Dios, 
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, 
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; 
Vuestros jóvenes verán visiones, 
Y vuestros ancianos soñarán sueños; 
2:18   Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días 
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. 
2:19   Y daré prodigios arriba en el cielo, 
Y señales abajo en la tierra, 
Sangre y fuego y vapor de humo;
2:20   El sol se convertirá en tinieblas, 
Y la luna en sangre, 
Antes que venga el día del Señor, 
Grande y manifiesto; 
2:21   Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.Joel 2. 28-32
2:22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;
2:23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;Mateo 27. 35Marcos 15. 24Lucas 23. 33Juan 19. 18
2:24 al cual Dios levantó,Mateo 28. 5-6Marcos 16. 6Lucas 24. 5 sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
2:25 Porque David dice de él:
Veía al Señor siempre delante de mí; 
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
2:26   Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, 
Y aun mi carne descansará en esperanza; 
2:27   Porque no dejarás mi alma en el Hades, 
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. 
2:28   Me hiciste conocer los caminos de la vida; 
Me llenarás de gozo con tu presencia.Salmos 16. 8-11
2:29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.
2:30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,Salmos 89. 3-4Salmos 132. 11
2:31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.
2:32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
2:33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
2:34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor: 
Siéntate a mi diestra, 
2:35  Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.Salmos 110. 1
2:36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
2:37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
2:38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
2:39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
2:40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
2:41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 
La vida de los primeros cristianos 
2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;Hechos 4. 32-35
2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.Mateo 19. 21Marcos 10. 21Lucas 12. 33Lucas 18. 22
2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. 

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
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